Entre la niebla y la luz

✨ Cuando todo parecía amor ✨

Yo nací y crecí en un pueblo en el sur de Alemania, rodeada de paisajes tranquilos y verdes que siempre me hicieron sentir en paz. Desde pequeña, la naturaleza y los animales fueron mi refugio. Cada mañana iba al colegio, y por la tarde trabajaba durante mi preadolescencia y adolescencia en una granja, lo que me llenaba de una felicidad sencilla y pura. Era una época en la que me sentía completa, conectada con lo que me rodeaba. Siempre fui una niña con mucha autoestima, consciente de mi valor. Yo disfrutaba de la vida, y mi futuro se sentía lleno de posibilidades.

Un fin de semana, en una discoteca, conocí a ese hombre. Él tenía 23 años, yo 18. Era muy guapo, con una sonrisa y unos ojos que me cautivaron al instante. Nos comenzamos a ver, y pronto nos convertimos en novios. Él trabajaba en un restaurante en la ciudad, y me encantaba visitarlo después de mi jornada laboral. Solía quedarme allí, tomando algo y leyendo, hasta que él terminaba su turno. A veces me quedaba a dormir con él, otras veces él venía conmigo al pueblo.

Había entre nosotros una gran barrera: el idioma. Él hablaba español -que yo no entendía- y apenas unas pocas palabras en alemán. Nuestras conversaciones eran un intento constante de traducir gestos, miradas y emociones. Pero en ese momento, todo eso parecía parte de la magia, como si el amor pudiera con todo. Pensé que el esfuerzo por entendernos era una señal de que valía la pena. Y así, con ilusión, decidí empezar a estudiar español. Quería acercarme más a él, a su mundo, a su forma de ver la vida.

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